viernes, 4 de mayo de 2012

Carta crítica de un ciudadano común acerca de la política mexicana


[Carta fechada el 25 de agosto del 2006; cualquier parecido con la actualidad no es mera coincidencia, pues si la cuestión del Estado mexicano fallido no sigue igual, sí sigue y ¡peor!]

Periodista Eduardo Valle:

Le mando esta carta como un mexicano más que sabe que los políticos que ha elegido mediante su voto no lo representan, sino más bien lo usan para legitimar sus privilegios. Es mi objetivo invitarlo a usted y a sus colegas para que el debate político se enfoque en nuestro sistema de partidos y no aisladamente en el mesías perredista y sus supuestos apóstoles, o en el otro caso de "Felipillo", su cohorte política y empresarial vinculada con intereses de grupos privilegiados que detienen el desarrollo social de nuestro país[1]. Yo encuentro su postura, a través de este largo proceso electoral, muy comprometida con la identificación de los problemas nacionales. Estoy totalmente de acuerdo con un escrito publicado hace varios meses por usted en que sin petróleo, remesas y comercio informal, el país estaría en estado de ebullición, esto nos dice que tenemos un sistema económico incapaz de producir en masa los bienes y servicios que consideramos como parte de una calidad de vida mínimamente digna en promedio.

Abundan, ahora, críticos “pejistas” y “calderonistas”, falta objetividad, no puede ser que creamos que estas tres mafias, llamadas PRD, PAN y PRI, estén pendientes y comprometidas con la mejoría de los estándares de vida de los actuales y futuros empleados del sector privado que deben de representar la mayoría del padrón electoral. Si bien existen los críticos pragmáticos que intuyen que estamos sometidos a una partidocracia y que le apuestan sabiamente al orden institucional, sus posiciones no van más allá de decir que requerimos (obviamente) una reforma política del Estado. El problema es que si esto se lo dejamos exclusivamente a los partidos con sus respectivos legisladores, difícilmente la reforma será consecuente y, por ende, se seguiría con esta labor negativa de los partidos de oposición de apostar al deterioro del país por el poder. Ninguna clase social en la historia ha renunciado a sus privilegios por buena voluntad, éstos se han perdido generalmente por medio de diferentes niveles de violencia o por evitarla.

Creo que lo que debemos de hacer es una labor de ideologización entre nuestros compatriotas, y sobretodo agruparlos en organizaciones sociales que comprendan manifestaciones voluminosas de mexicanos que no estemos vinculados fuertemente con las tres principales fuerzas políticas nacionales. Estas organizaciones tendrían como objetivo presionar a nuestros "representantes" para reestructurar el sistema de partidos acotando sus cuotas de poder, derivadas de su peculiar financiamiento público (¿qué sería de ellos si no explotaran a la gallina de los huevos de oro llamada PEMEX?). Imaginémonos que a su disposición los partidos solo contaran con algún porcentaje de los recursos públicos producto de la recaudación fiscal sobre el sector privado, vaya que no les quedaría más que ponerse a trabajar y a ponerse de acuerdo en políticas públicas promotoras del desarrollo económico. Así como la ciudadanía ha organizado múltiples y concurridas manifestaciones pacíficas en todo el país en contra de la inseguridad, opino que una ciudadanía ideologizada podría comprometerse con la causa de un cambio político, por lo pronto de manera pacífica, ya que si seguimos con la misma estructura política es posible que en el 2010, o más tarde, volvamos a la revuelta popular.

Ojalá que no lo haya aburrido con mi “choro”, lo creo como interpretativo y propositivo, pues siento que ésta es la esencia de nuestra inestabilidad política. Como recién marxista (heterodoxo) que soy, estoy convencido de que al mundo no solo se le debe interpretar, sino lo más importante es transformarlo, teoría y práctica deben ir de la mano. Espero y que tolere mis faltas ortográficas y sintácticas, ya que siendo ingeniero civil más me relaciono con los números que con los escritos. No le queda más que agradecerle, por sus valiosas e influyentes opiniones periodísticas, su humilde servidor,


Genaro Tolosa Vizcarra.
                                                                                         
Culiacán, 25 de agosto de 2006.


[1] Para tales fechas el ambiente de la alta política nacional era tenso, se esperaba el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) para establecer al ganador de la elección presidencial, este fallo terminó pronunciándose a favor de Felipe Calderón, lo cual originó el movimiento ciudadano de “Resistencia Civil” encabezado por López Obrador.

1 comentario:

  1. Bueno... al parecer y por lo visto, ni en el 2006, ni en el 2012, nos "pusimos al brinco" a cuestionar duramente, por lo menos, a la partidocracia... ¡a ver si en el 2018!, jajaja...

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