lunes, 31 de diciembre de 2012

Heidegger y ontología escolástica

[Grabación generosamente hecha por Manuel Rodríguez]

Fragmentos de la conferencia realizada por el Dr. Ramón Kuri Camacho, llamada "Heidegger: camino hacia la problemática ontológica", efectuada en la Conmemoración del XXX Aniversario de la Lic. en Filosofía de la UAS, el 17 de octubre de 2012 en el Auditorio de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de dicha universidad.

Tema destacado: presencia de la ontología escolástica en el pensamiento secular de Martin Heidegger.

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Fuentes (imagen): http://www.uv.mx/universo/215/infgral/infgral31.htm

viernes, 21 de diciembre de 2012

El estudiante como artífice de su propio conocimiento

[Escrito realizado por Amadeus Estrada Cázares]

1. Introducción.

En este escrito se expondrá la propuesta educativa de Freire con el objeto de comprender si la alternativa pedagógica que propone este pensador es deseable para mejorar la educación. El tema es interesante debido a que sus ideas pedagógicas son innovadoras y permiten visualizar la educación desde la a dialéctica de las relaciones sociales.

En primer lugar expondremos el punto de vista que Freire combate para facilitar la comprensión de la propuesta educativa del propio Freire (siempre es interesante comprender un contrario para comprender al otro: la noche y el día, el bien y el mal, por ejemplo), posteriormente argumentaré si es una alternativa deseable para mejorar la educación.

2. Ideas generales.

¿Qué es educar? La educación tiene la función de transmitir aquello que posibilita la supervivencia de la especie[1], pero esa no es la única función de la educación: el educar no solo posibilita la supervivencia de nuevos hombres, sino que da continuidad a los valores de la sociedad, a sus sueños, a sus esperanzas y quizá a sus prejuicios. Dentro de los prejuicios que se crean no hay que dudar que muchos vengan de la clase dominante y que  existan para reforzar las relaciones de explotación como veremos más adelante. 

El asunto fundamental es considerar el papel de la educación y principalmente de los educadores en la transformación de la sociedad, pero por otro lado en su papel conservador, que como su nombre sugiere, se refiere al hecho de que tratan de conservar la sociedad tal como es, lo cual es conveniente a los “fuertes” siempre porque son ellos los que resultan beneficiados, los que están cómodos con el estado actual de la sociedad. 

El educador  también se ve afectado cuando ayuda a un sistema opresor o ignora su existencia, pues estos sistemas se preocupan sobre todo por la eficiencia técnica y esto se refleja en que el profesor se preocupa única y exclusivamente por enseñar sin preocuparse por los valores y las finalidades de la educación, sin embargo estos asuntos son de extrema importancia porque deciden cuestiones tan claves como la libertad que puede tener el alumno al elegir su plan de estudios o la validez de los castigos corporales, etc.

Por lo que hemos visto la cuestión educativa se resume en esto: “se educa para oprimir o para liberar”, para ayudar a las clases oprimidas o a las opresoras. Esa es la cuestión, ese es el dilema del que se derivan todos los demás. La primera (la de los opresores) es como sigue:

3. La educación opresora: educar y oprimir

Esta forma de educación ve al hombre casi como un animal, o como un ser al que hay que controlar. Esta es la educación que sirve al opresor: “No son pocos los oprimidos que después de algunos momentos de viva discusión dicen (…) “Disculpe, nosotros debemos estar callados y usted debe ser el que hable, nosotros los que escuchamos. Muchas veces insisten en que no hay diferencia alguna entre ellos y el animal”[2]. Aclara Freire que ciertos aldeanos no están de acuerdo y reconocen una diferencia con el animal: este es más libre.

Lo antes dicho no es pura exageración de Freire como podría pensarse: los romanos creían que sus esclavos eran cosas; así como los españoles pensaban que los indios eran animales o como en una fantasía de Huxley dijo un personaje, respecto de sus trabajadores (a los cuales adoctrinaban desde pequeños): “En los [que hacen trabajos manuales] no necesitamos inteligencia humana y por supuesto no se las damos”[3]. Esta educación la considera, Freire, bancaria porque consiste en introducir conocimiento como se introduce dinero en un banco y no ve tal postura con dignidad a sus alumnos, hace una distinción radical entre el que sabe (maestro) y el que no sabe (alumno).

Como el alumno no sabe lo que es para su propio bien, debe aprender lo que el maestro considere como mejor, lo que puede servir para que los alumnos piensen y se dediquen a lo que resulta conveniente a las clases dominantes[4]; sus características son las siguientes:

La conquista que se refiere a las acciones realizadas para conseguir alguna forma de control por parte de unos hombres sobre otros, siendo esta militar y directa o indirecta por medio del miedo: los opresores hacen temer a la gente diciendo que ellos son la defensa contra los violentos y revoltosos y que si el sistema tiene fallas es mejor dejarlo así de todos modos porque cambiar podría ser peor. También se da la división: dividir para oprimir es el principio de los poderosos.

Si la gente hiciera una fuerza común para luchar por sus derechos, serían una fuerza importante, pero estando divididos apoyando intereses que no les son propios (como líderes sindicales que buscan beneficios económicos), no son una amenaza tan fuerte, la manipulación consiste en utilizar mentiras para mantener a la gente feliz (o para que crean que lo son) y la invasión cultural hace pensar a los oprimidos que si fuera posible, ellos serían como sus opresores, por lo que no hay que luchar contra ellos, hay que unírseles: conseguir su ropa, sus cosas, etc.
  
4. La educación liberadora... (ir al documento completo)


[1] Abagnano, Nicola. “Diccionario de filosofía”. Fce. México. 2004. 14ª edición. Pág. 342.
[2] Freire, Paulo. “Pedagogía del oprimido”. Fce. México. N.a. Pág. 59.
[3] Huxley, Aldous. “Un mundo Feliz”. Anaya. México.1997.  Pág. 22. También trataban de alterarlos genéticamente.
[4] Cfr. Huxley, Aldous. “Un mundo feliz”. Anaya editores. México. 1977. Pág. 220