[Carta fechada el 25 de agosto del 2006; cualquier
parecido con la actualidad no es mera coincidencia, pues si la cuestión del Estado mexicano fallido no sigue igual, sí sigue y ¡peor!]
Periodista Eduardo Valle:
Le mando esta carta como un mexicano más
que sabe que los políticos que ha elegido mediante su voto no lo representan,
sino más bien lo usan para legitimar sus privilegios. Es mi objetivo invitarlo
a usted y a sus colegas para que el debate político se enfoque en nuestro
sistema de partidos y no aisladamente en el mesías perredista y sus supuestos
apóstoles, o en el otro caso de "Felipillo", su cohorte
política y empresarial vinculada con intereses de grupos privilegiados que
detienen el desarrollo social de nuestro país[1].
Yo encuentro su postura, a través de este largo proceso electoral, muy comprometida
con la identificación de los problemas nacionales. Estoy totalmente de acuerdo
con un escrito publicado hace varios meses por usted en que sin petróleo,
remesas y comercio informal, el país estaría en estado de ebullición, esto nos
dice que tenemos un sistema económico incapaz de producir en masa los bienes y
servicios que consideramos como parte de una calidad de vida mínimamente digna
en promedio.
Abundan, ahora, críticos “pejistas” y “calderonistas”,
falta objetividad, no puede ser que creamos que estas tres mafias, llamadas
PRD, PAN y PRI, estén pendientes y comprometidas con la mejoría de los
estándares de vida de los actuales y futuros empleados del sector privado que
deben de representar la mayoría del padrón electoral. Si bien existen los
críticos pragmáticos que intuyen que estamos sometidos a una partidocracia y
que le apuestan sabiamente al orden institucional, sus posiciones no van más
allá de decir que requerimos (obviamente) una reforma política del Estado. El
problema es que si esto se lo dejamos exclusivamente a los partidos con sus
respectivos legisladores, difícilmente la reforma será consecuente y, por ende,
se seguiría con esta labor negativa de los partidos de oposición de apostar al
deterioro del país por el poder. Ninguna clase social en la historia ha
renunciado a sus privilegios por buena voluntad, éstos se han perdido
generalmente por medio de diferentes niveles de violencia o por evitarla.
Creo que lo que debemos de hacer es una
labor de ideologización entre nuestros compatriotas, y sobretodo agruparlos en
organizaciones sociales que comprendan manifestaciones voluminosas de mexicanos
que no estemos vinculados fuertemente con las tres principales fuerzas
políticas nacionales. Estas organizaciones tendrían como objetivo presionar a
nuestros "representantes" para reestructurar el sistema de partidos
acotando sus cuotas de poder, derivadas de su peculiar financiamiento público (¿qué
sería de ellos si no explotaran a la gallina de los huevos de oro llamada PEMEX?).
Imaginémonos que a su disposición los partidos solo contaran con algún
porcentaje de los recursos públicos producto de la recaudación fiscal sobre el
sector privado, vaya que no les quedaría más que ponerse a trabajar y a ponerse
de acuerdo en políticas públicas promotoras del desarrollo económico. Así como
la ciudadanía ha organizado múltiples y concurridas manifestaciones pacíficas
en todo el país en contra de la inseguridad, opino que una ciudadanía
ideologizada podría comprometerse con la causa de un cambio político, por lo
pronto de manera pacífica, ya que si seguimos con la misma estructura política
es posible que en el 2010, o más tarde, volvamos a la revuelta popular.
Ojalá que no lo haya aburrido con mi “choro”,
lo creo como interpretativo y propositivo, pues siento que ésta es la esencia
de nuestra inestabilidad política. Como recién marxista (heterodoxo) que soy,
estoy convencido de que al mundo no solo se le debe interpretar, sino lo más
importante es transformarlo, teoría y práctica deben ir de la mano. Espero y
que tolere mis faltas ortográficas y sintácticas, ya que siendo ingeniero civil
más me relaciono con los números que con los escritos. No le queda más que
agradecerle, por sus valiosas e influyentes opiniones periodísticas, su humilde
servidor,
Genaro Tolosa Vizcarra.
Culiacán, 25 de agosto de 2006.
[1] Para tales fechas el ambiente de la alta política nacional era
tenso, se esperaba el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TRIFE) para establecer al ganador de la elección presidencial, este
fallo terminó pronunciándose a favor de Felipe Calderón, lo cual originó el
movimiento ciudadano de “Resistencia Civil” encabezado por López Obrador.
Bueno... al parecer y por lo visto, ni en el 2006, ni en el 2012, nos "pusimos al brinco" a cuestionar duramente, por lo menos, a la partidocracia... ¡a ver si en el 2018!, jajaja...
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