sábado, 31 de marzo de 2012

La muerte de Dios (Nietzsche)



Del texto "El loco", del libro "La gaya ciencia", parágrafo 125

Del texto "A propósito de nuestra alegría", del libro "La gaya ciencia", parágrafo 343

Del texto "Del árbol en la montaña", del libro "Así hablaba Zaratustra"

Fuente: descargacultura.unam.mx

sábado, 24 de marzo de 2012

Otra interpretación maquiavélica

[Escrito realizado por Israel Morales Rosado]

Introducción

Las reflexiones en torno a las acciones humanas es un tema que ningún filósofo que se precie de serlo  ha dejado pasar inadvertido, y esto es así porque en todo sistema de ideas existe un núcleo en el cual reluce una formalidad y fundamentación que se extiende hasta las reflexiones particulares sobre el hacer del hombre en general.

Así es como nacen las teorías políticas, que no son otra cosa que una ética. Llámese voluntad general, socialismo, tiranía o democracia, todas estas llevan en sí, el germen de la ética, sin el cual, no serían ellas posibles. Pues la ética es el estudio general de las acciones humanas. Y al ser general este estudio, implica ya en sí mismo, una formalidad.

Con estos breves párrafos queremos dejar en claro que el objetivo de este breve y sencillo trabajo será sustraer la teoría ética en su pureza que está inmersa, oculta, escabullida, y en penumbras en cada uno de algunos autores seleccionados[1], esto con el fin de no avanzar en la comprensión de sus teorías a base de ejemplos -que ellos mismos dan para su aplicación, pero que induce al lector, según mi manera de ver las cosas, a establecer juicios un tanto limitados e incorrectos sobre la teoría de algún pensador seleccionado-, sino en la estructura de sus juicios en el hacer y omitir de las acciones humanas. Es decir, el ejercicio consta de una reinterpretación formalde las teorías políticas analizadas, con el fin de saber si dichos consejos o normas que se establecen pueden ser aplicados en otros ámbitos de la vida del hombre, puesto que éste, es decir, el hombre, de lo único que no puede sustraerse es de su incesante hacer, incluso cuando no se hace “nada”, es irónicamente una forma de acción humana, que es precisamente el hacer “nada”. Y que puede acarrear consecuencias.

El ejercicio puede carecer de una interpretación legitima, pues es válido el replicar que las teorías políticas inmersas en las obras a analizar, precisamente se encasillan en el terreno de lo político, algo así como bardeadas en un campo conceptual especifico, y que sustraer una teoría general de las acciones humanas a partir de una teoría “particular” sería pedir demasiado a lo que el autor nos dice; nos excusaremos de esto partiendo de la idea de que una doble moral no puede ser predicada, y que no hay algo más valioso que la determinación en el hacer y omitir de un hombre en cualquier situación que se le presente.

Así, nuestro objetivo será mostrar de una manera tal vez no tan exacta e incluso incompleta, la ética inmersa en algunas de las obras políticas más importantes de la historia del hombre[2]. Siendo tan interesante como valioso el esfuerzo, merece la pena un ejercicio de esta índole, se haga completa o incompletamente, correcta o con algunas deficiencias; pues todo trabajo que merezca la pena, para el esfuerzo de los hombres nunca quedará concluido, y siempre existirá la posibilidad de que alguien más lo tome y lo mejore.

MAQUIAVELO, EL PRINCIPE Y EL MAQUIAVELISMO

El siguiente autor no necesita de una presentación detallada y rigurosa, pues su fama es de carácter universal y sus obras se encuentran dentro de las más leídas, al grado de ser ya, lo que comúnmente se les llama, clásicas. No solo ha dejado para la humanidad sus obras, sino también una idea, el Maquiavelismo, que si bien el material en el que se basa para componer su pensamiento es desde luego un acopio de sucesos a lo largo de la historia, tiene el gran mérito de haber sido él, el primero en desarrollar una teoría general y en todo caso sistemática sobre la manera de conducirse en las relaciones humanas.

Harto satanizado aquel adjetivo, le concedemos ser al maquiavelismo, una doctrina de la eficacia, la funcionalidad, -por lo tanto no exclusiva de la política-, pero también probablemente de la sinvergüenza. Sin embargo hasta aquí, será imposible condenar o alabar la teoría maquiavélica, y es importante dejar en claro nuestra neutralidad sobre la teoría del florentino, utilizando su pensamiento tan solo para ver más claramente las reglas generales de lo que predica.

Conocido el trabajo a realizar y lo interesante de la propuesta, llama bastante la atención el ser ejecutado en este autor que goza de una fama un tanto negativa; pues si bien es cierto que la idea del maquiavelismo denota un mensaje negativo y oscuro, generalmente asociado a lo reprobable e inaceptable, tenemos por objetivo sacar conclusiones generales de la ética general que predica –someramente- y en base a estos reinterpretar al autor desde otra perspectiva, evidentemente más general.

Maquiavelo resulta un personaje único para este ejercicio, porque a diferencia de sucesores, antecesores o contemporáneos él mismo declara sobre sus obras, claramente y acerca de lo que dice y predica, lo siguiente:

“Esta obra no lleva el adorno de amplios párrafos o palabras sonoras y ampulosas, no se ornamenta con el artificio que muchos acostumbran en las cosas que escriben, pues intento que no se distinga por otra cosa que no sea la fuerza y verdad del tema que trata”... (ir al documento completo)


[1] En este escrito el autor solo alcanza a estudiar a Maquiavelo.
[2] Misma aclaración que la nota anterior.

sábado, 17 de marzo de 2012

El mito de la caverna (Platón)



Introducción al mito de la caverna

El mito de la caverna

El mito de la caverna; fragmento en griego

Fuente: descargacultura.unam.mx